Balance de un 2016 cualquiera
Llega el fin del año y me gusta siempre por estas fechas hacer balance de estos 12 meses.
Pienso en lo bueno y en lo malo y este año no sé decir si predomina más lo primero o lo segundo. Lo que sí sé es que ha sido un año de paso. Lo considero un año trampolín, que son los años que te conducen a otro que sinceramente pienso me aportará muchas cosas importantes.
Este año lo empecé trabajando y casi lo terminé también trabajando. Ahora, lo termino estudiando bajo propia decisión y tras considerar que realizar una especialidad sería lo mejor para mí y para muchas cosas que tengo planeadas hacer si consigo lo que quiero. Porque tengo claro lo que quiero. Siempre lo tengo. Creo que es algo que me define, que cuando me planteo algo voy a por ello a muerte y hay algo que no llevo bien, fallarme. Así que me gusta conseguir los retos que me propongo y no hay mejor satisfacción que el sentir que todo el camino ha merecido la pena cuando llega ese momento. Espero conseguirlo. De momento, calma. Y paso a paso.
Enero fue un buen mes. Me gusta Enero porque tras las fiestas navideñas, todo vuelve a la rutina, a la normalidad. También me gusta porque es mi cumple y porque me gusta soplar las velas aunque sea en casa y con pijama. Este año espero que mi regalo de los 32 sea una plaza. Veremos qué pasa.
Febrero pasó bastante rápido. Curro y más curro. Una escapada a Galicia con mi novio y nuestro aniversario. Le llamé para tomar unas cervezas y celebrar todo lo que ha pasado desde el 10 de Febrero de 2001 que ha sido bastante. No sería la misma sin él. Febrero también conocí a alguien muy importante y a quien quiero mucho. Un gran apoyo.
Marzo lo recuerdo como un mes de cursos, de trabajo y de volver atrás como los cangrejos. Me alegré pero tuve miedo. Y no me confundí.
Llegó Abril. Un mes lleno de planes. Por fin llegaba el esperado concierto de LOL en Barcelona. Fue un pedazo concierto de más de 2 horas donde todas y cada una de sus letras me hizo vibrar. Hay frases de esas canciones que las llevo cosidas por dentro. Me encantó la puesta en escena, me encantó ver a Santi Balmes y a su grupo desatado pero sin lugar a dudas, me sigo quedando con el acústico de Oviedo donde la calidad de sonido era algo excepcional.
Mayo empezó a los tres días con una mala noticia y sentí que mi mundo se paraba. El 30 de Abril (precisamente ese día), una persona importante decidió que ya era suficiente. Creo que no hay día que no piense en ello. Ha sido lo peor de este 2016, perder un cachito de mí. Y ya van dos que pierdo. Mayo fue un mes de encuentros con gente con la que me formé, fue mes de oposición y de nostalgia, mucha. Fue mes de replantearme la vida y de tomar decisiones.
Junio fue un mes loco de luchar por un contrato con el que me hicieron una putá. Al final, decidí pasar del tema y seguir el plan B. Terminé mi contrato de 11 meses y pico como matrona y me fui resignada con el sistema que existe. Somos peones. Soy una antisistema.
Julio me tocó cambiar de hospital. Pasé muchos nervios. Tenía autopresión. Al final,lo llevé bien pero me di cuenta que me exijo demasiado.
Agosto pasó demasiado rápido. Curro y más curro. Recuerdo currar como hacía tiempo no curraba. Conocí gente muy buena y no sólo hablo en el tema profesional. Adela, fue un placer conocerte y trabajar contigo. Y en Agosto nació la niña de mi amiga Marta y aunque al final no pude estar para ese momento, estuve con ella en la distancia. Todo salió bien y es una niña preciosa con los ojos de su madre. Bienvenida Alba!
Septiembre terminé el contrato y decidí ponerme a estudiar. El 22 de Septiembre regresé a mi casa y mi trabajo pasó a ser estudiar. Ordené mi despacho e hice acopio de fuerzas y de motivación para volver a pasar unas 8 horas de estudio.
Octubre fue un mes de locos en el que tuve demasiados preparativos con la boda de mi hermano y de unos amigos. Me encantó el resultado del vestido que elegí para la boda, del peinado y de la pamelaza que me hicieron exclusivamente para mí. Gracias Julio por semejante obra maestra. Recuerdo que el día antes de la boda, me eché a llorar. No me casaba yo pero estaba muy agobiada con todo. Mi novio y yo juramos no casarnos nunca y nos declaramos como antibodas total.
Noviembre fue un mes mucho más tranquilo en el que ya pude organizarme mejor y todo volvió a su calma. Pude estudiar tranquila y eso me calmó. Y también pude ver a mi amiga del alma, a Marián que vino de visita. Porque es que es verla y sentir que la quiero más todavía. Es una de las personas más alegres que conozco, es de esas personas que te alegran la vida, el alma y el corazón. Eres mi alma gemela.
Diciembre llegó con sol. El buen tiempo este año duró mucho. También llegó con virus, de hecho, tuve una gripe como nunca antes. Aún me dura la tos perruna. Hubo una escapada a Barcelona a ver a mi hermano, a pasear por sus calles, a disfrutar de la compañía y de nuevo a casita con las pilas cargadas para afrontar el sprint final. Ahora me queda disfrutar de los días que restan de este 2016 con mi familia, con los amigos.
Y llegan muchos cambios en mi vida que espero sean para bien. Tengo muchas ganas del 2017 porque creo que va a ser un año muy bueno que me va a traer unos grandes momentos y espero vivirlos al máximo.
Comentarios
Publicar un comentario