La residencia.

Después de un tiempo sabático por aquí vuelvo. La última vez que escribí estaba aún de 20 semanas y aún no había elegido plaza de residente en Madrid pero hoy traigo noticias fresquitas sobre mi elección de plaza y mi siguiente destino.

El 25 de Abril bajé a Madrid con mi chico para elegir mi ansiada plaza EIR; esa plaza que llevo tanto tiempo deseando coger. Aterrizamos sobre las 10:30 en Barajas y ya cogimos directos un tren para ir a Atocha. El Ministerio de Sanidad está allí cerca de la estación de Atocha, apenas a 600 metros caminando. Fuimos paseando hasta allí para corroborar por dónde era la entrada a las 15 horas y nada más acercarnos, ya se podía ver la alegría que se respiraba entre todo aquel que salía del ministerio con su papel de la plaza en mano! Cuántos recuerdos me trajo a aquel 12 de Abril de 2013 cuando  era yo la que a las 11:35 de la mañana salía con mi plaza de residente de matrona llorando como una magdalena pero de felicidad! 

Una vez que ya tuvimos claro por dónde había que entrar nos fuimos a tomar una cerveza fresquita a un bar para hacer tiempo y después ya nos fuimos a comer. Comimos temprano porque a las 15:00 ya había que estar allí para el llamamiento. Fuimos muy puntuales porque veinte minutos antes ya estábamos allí rodeados de gente en mi misma situación y todos hablábamos de lo mismo; si nos daría para elegir la plaza que queríamos. Yo estaba en un sin vivir porque tenía claro como el agua que no me iba a dar para hacer la residencia en Asturias (visto que otros años nunca llegaba a mi número de orden) así que iba con el corazón encogido por la situación de tener que marcharme seguramente a Galicia con un bebé chiquitin y con todo lo que eso implica. A las 15h empezaron a llamar por un micrófono a partir del 351 y los familiares dejaron hueco delante para que los residentes fuésemos pasando al interior. Le di un beso enorme a mi pichu y estuve allí esperando a que sonase mi nombre por megafonía. Justo cuando lo dijeron y al entrar escuché un grito de "ánimo pichu!!"; miré a mi alrededor pero no lo vi aunque sabía que era él que allí estaba animándome :). 

Nos pusieron una pegatina de identificación, pasamos el control de seguridad y nos acomodaron en el salón de actos del Ministerio donde nos dieron unos papeles con las plazas que quedaban. Miré a mi alrededor y vi que todo el mundo llevaba muchísimos papeles, libretas, etc con el orden de preferencia de sus plazas. Yo no llevaba nada; lo tenía todo guardadito en mi mente y sabía que mi destino iba a estar entre las primeras 8 opciones. Lo que sí hice fue tachar con boli aquello que no me interesaba y resaltar lo que sí quería para poder ir tachando plazas según iban se iban cogiendo. Poco después empezó la asignación de plazas. En esta ocasión, pasó como en el 2013, la misma señora, la que después de darnos las instrucciones y demás, era la que cantaba en alto lo que elegía cada aspirante. Reconozco que al principio estaba muy nerviosa porque en Asturias ya habían volado la mitad pero luego me relajé por varias cosas: la primera, porque iba viendo que se estaba cogiendo mucho matrona y dos, porque si tenía claro que no me iba a llegar para qué iba a estar tan acelerada. 

Conforme iba pasando el tiempo y se iba acercando mi número, empecé a ponerme nerviosa porque veía que aún quedaban plazas en Asturias de la especialidad que yo quería y albergaba la posibilidad de poder optar a una de ellas pero por otro lado, me invadía el miedo y la incertidumbre de si de un momento a otro se acabarían. Cuando llegaron a la plaza 600 (yo era la 653) ya estaba hiper-mega-acelerada y mi pequeña lagartija también lo estaba dentro de mí porque me estaba pegando cada patada que madre mía; lo tenía revolucionao! Mi chico estaba fuera y estábamos hablando por whatsapp pero sé que él estaba igual. Quedaban 2 plazas. Y así fue como llegó el turno de subir a la tarima y con mucha, muchísima suerte elegí la última plaza de Asturias de la especialidad que yo quería!!! No me lo podía ni creer! La última plaza!!! Cuando subí quedaban dos plazas pero justo una chica, 5 plazas antes que yo eligió la penúltima. De todas formas, yo estaba tan nerviosa y tan emocionada a la vez que no me enteré de que esa chica la había elegido porque le estaba escribiendo por whatsapp que ya la iba a coger yo! Al salir, era un mar de lágrimas y me abracé a él como si me fuera la vida en ello. Era tan importante para nosotros el poder quedarme aquí. Puf! No podía hacer otra cosa que llorar y llorar y aunque él me decía "venga sonríe para la foto" era imposible porque estaba emocionada. Lo mejor fue cuando me dice él "Bea, cogiste la última plaza" y yo diciéndole "nooooo! quedaba una" y así fue como me enteré que 5 plazas antes una chica había elegido también el mismo área que yo. Qué suerte la mía! 

Y así fue como volví de Madrid. Con mi plaza de residente de Enferemría Familiar y Comunitaria en Asturias, la última plaza y la que mejor sabor de boca deja. No sé si fue suerte o qué pero este bichin me está dando muchas alegrías. Lo bueno de hacer la residencia aquí es que no tengo que buscar piso, no tengo que trasladarme a otra comunidad autónoma, no tengo que dejar a mi novio aquí solo, no tengo que ir con el peque recién nacido para allí ni tampoco tengo que molestar a los abuelos para que fuesen conmigo de niñeros porque el irme fuera implicaba que iban a tener que echarme una mano; y otra razón positiva es que no iba a tener que dejar a mis dos gatetes que son dos soles en casina. Estoy feliz, no os puedo decir otra cosa. 

Hoy ya elegimos el centro de salud al que vamos a ir y mañana ya empieza la residencia. Empieza otra vez una nueva etapa de formación y una experiencia que seguro que aunque sea sacrificada me va a abrir un montón de puertas al acabar. 


Comentarios

Entradas populares