Otra vez
Lo mejor de todo es cuando ya no duele. Cuando miras al pasado y los recuerdos ya no escuecen ni saben amargos; cuando ya creció piel sobre la herida, cuando corroboras con cierta sorpresa, que ese nudo en la garganta que tanto te oprimía, desapareció sin dejar rastro en la piel ni en el corazón de todo cuanto significó. Y te haces la pregunta de "¿Ya está? ¿ya pasó todo?". Pues sí, ya pasó todo. Respira. Ahora puedes hacerlo.
Te quedará la cicatriz. Ésa es para siempre. Pero no todos los "para siempre" acaban en herida, no todas las historias acaban arañándote la piel ni todos los te quiero permanecen estables en el tiempo.
Pensé que ya no dolía pero sólo fue un sueño. Sí que duele. Hoy más que nunca. El nudo aprieta, los ojos se empañan de lágrimas, el corazón se acelera y la mente intenta escapar de este laberinto sin salida.
Acurrucada en el sofrá, acepto al fin, y con cierta resignación, que todo sigue ahí, intacto; y que otra vez, toca volver a empezar de cero. Otra vez.
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