Un paso atrás

Hoy encontré en el ordenador una carta que hace algún tiempo atrás escribí. No sabía dónde la había guardado, pero hoy buscando un archivo en mi ordenador, la encontré. Sólo leer el título ya me hizo retroceder al pasado. Sólo eso y ya estaba abrumada por su contenido. Dudé si leerla o no; realmente cuando en su día la escribí, sé que lloré mucho, sé que me dolió escribir sentimientos sobre el papel sobretodo cuando sabes que ese papel va a acabar en la basura o que la persona que la recibe, pasa de todo. Sabía perfectamente que si la leía, iba a recordar; que si lo hacía, iba a pasarlo mal. Pues la leí. Fue como un impulso. No creo que pasase ni una décima de segunda y ya estaba enfrascada en la lectura de esa carta. Y sabéis qué? A medida que leía, se iba formando un nudo en mi garganta cada vez más grande, cada vez dolía más, cada vez apretaba más y cada vez, respiraba menos. Sentí que me ahogaba. Lo peor de todo, es que sentí que aún estaba en ese momento; fue algo nítido. Terminé llorando y lo peor de todo es que no sé si lo hice por todo lo que esa carta significó para mí en su día o si en cambio, fue por darme cuenta que aún siento cosas y que no todo está ahí dónde yo creo que están, superadas. Cuando finalmente, fui capaz de recomponerme, cerré el archivo y lo mandé a la papelera. Ahí es dónde tenía que haberla enviado hace tiempo. Sólo pienso que hay cosas que cuánto más se dilaten en el tiempo, peor; y que, si algún día yo recibo una carta así de alguien, por muy dura que sea, me sentiré feliz porque significa que esa persona me quiere mucho y que alguien te dedique su tiempo, eso, para mí, vale más que nada. 


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